Campaña evangelística de Miguel Díez

Miles de personas mueren cada día, enfrentándose a la incertidumbre del más allá. Jesús, en Lucas 16:19-31, cuenta la parábola de un hombre rico y un mendigo llamado Lázaro.

Al morir, Lázaro es llevado al cielo, mientras que el rico sufre en el Hades, mostrando la justicia divina y la importancia de vivir piadosamente.

La muerte es inevitable para todos, y la justicia divina determina el destino final de nuestras almas. Jesús nos llama al arrepentimiento y a la fe en Él para alcanzar la salvación.

La incredulidad es el mayor pecado, y sólo a través de Jesucristo se puede obtener la vida eterna y la paz con Dios.

Como discípulos de Cristo, estamos llamados a predicar el evangelio a todas las criaturas, siguiendo el mandato de Jesús en Marcos 16:15.

La evangelización es esencial para salvar almas y llevar esperanza a un mundo perdido. Aceptar a Jesucristo y vivir según sus enseñanzas trae paz, amor y comunión con Dios.

Confesar a Jesucristo ante los hombres es vital, y la salvación y la vida eterna están disponibles para todos aquellos que creen y se arrepienten.